Las agencias internacionales de noticias revelaron que las masas aplaudían al líder político mientras los cineastas filmaban el acontecimiento. Dijeron que durante el año 2006 se produjo en los Estados Unidos “una oleada de documentales de carácter político como nunca antes en la historia del cine norteamericano”. Los expertos, al tratar de explicar por qué el documental es hoy una plataforma de proselitismo político, manifestaron que existe una avidez de información que va más allá de los canales tradicionales. Es lo que explica la aparición en Norteamérica de documentales como Una verdad inconveniente, la versión fílmica de la presentación con diapositivas del ex vicepresidente Al Gore sobre el calentamiento global, y de otra película llamada El camino a Guantánamo, sobre los escandalosos sucesos ocurridos en esa prisión. Los mismos expertos afirmaron que lo que facilitaba la trasmisión de tan complicados mensajes políticos en una narrativa visual era la tecnología digital. Sin embargo, Michael Moore, famoso por Fahrenheit 91 y Masacre en Columbine, cree que hay dos razones por las que estos documentales políticos llegan a las salas de cine. Dice que “los medios convencionales, en especial el New York Times, no han dirigido una mirada escéptica a quienes están en el poder. La otra razón es que Hollywood no ha producido filmes interesantes y valiosos. Si el periodismo y la ficción no han hecho su parte, la no ficción ha entrado al ruedo con personajes convincentes, buenas tramas y películas importantes”.