A fuego abierto en Perijá

     De visita a la hacienda La Guacharaca (1963), en el distrito Perijá del estado Zulia, le pregunté a mi padre: “¿por qué esa gran extensión entre el viejo tanque de agua y el cementerio de la Villa de Perijá está tan abandonada?”. Su respuesta fue inmediata; según le contó su abuelo: “el general Venancio Pulgar, máximo héroe liberal del Zulia, ajustició a los perijaneros en ese sitio”. Desde esa época nadie vive allí y, por cierto, los habitantes de la Villa no les colocan a sus descendientes el nombre Venancio.

Inicios de las pugnas

     A partir de su adhesión a la Federación, hacia 1863, el entonces coronel Venancio Pulgar, determinó la necesidad estratégica de apoderarse de los abundantes recursos agropecuarios producidos en la Villa de Perijá: ganado de carne, leche, ricos tablones de caña de azúcar, sembradíos de cacao y demás plantaciones, suministros que podrían llegar de inmediato a Maracaibo. Bajo estos planes, se organizó una visita a la Villa de Perijá a fin de pedir a sus hacendados y demás el apoyo a la Fe. De visita a la hacienda La Guacharaca (1963), en el distrito Perijá del estado Zulia, le pregunté a mi padre: “¿por qué esa gran extensión entre el viejo tanque de agua y el cementerio de la Villa de Perijá está tan abandonada?”. Su respuesta fue inmediata; según le contó su abuelo: “el general Venancio Pulgar, máximo héroe liberal del Zulia, ajustició a los perijaneros en ese sitio”. Desde esa época nadie vive allí y, por cierto, los habitantes de la Villa no les colocan a sus descendientes el nombre Venancio. Deración con hombres y, sobre todo, con una contribución económica. Los perijaneros capitaneados por Donaldo García decidieron no apoyar a la Federación, alegando que siempre habían vivido ajenos a las contiendas políticas, dedicados por entero a sus familias y a su trabajo.