Siempre hemos celebrado con mucho fervor nuestros triunfos deportivos internacionales, y sobre todo cuando se trata de campeonatos mundiales o regionales obtenidos por nuestros deportistas. Así, siempre recordamos las victorias en béisbol de 1941, 1944 y 1945, cuando conquistamos las series mundiales; las coronas de nuestros boxeadores; nuestras medallas olímpicas; las hazañas de nuestros beisbolistas en las grandes ligas y, en fin, todos aquellos triunfos de nuestros atletas a nivel internacional.
Hoy vamos a referirnos al importantísimo logro que obtuvo la selección venezolana de fútbol de salón cuando se coronó campeona en esa disciplina en el Cuarto Campeonato Mundial, celebrado en México, en la ciudad de Monterrey en el año 1997, que, aunque es historia reciente, debemos reseñar, pues se trata de un evento mundialista que debe llenarnos de orgullo, y al cual, por cierto, no se le ha dado la difusión debida.
El evento, repetimos, se celebró en Monterrey entre los días 24 de noviembre y 5 de diciembre de aquel año, y se desarrolló en tres fases. La primera, en la cual nuestra selección venció fácilmente al equipo norteamericano con un abultadísimo score de 25 goles a 0; luego derrotamos más ajustadamente 4 por 2 al equipo de la República Checa, y en el tercer turno ganamos 7 goles a 3 a la poderosa escuadra argentina. Así, en forma invicta pasamos a la segunda ronda en la cual perdimos el primer partido, 3 goles a 2 con Bielorrusia, pero logramos vencer a Portugal 7 golesa 0 y pasar así a los cuartos de final, donde nos topamos de nuevo con Argentina, a la cual vencimos con score de 3 goles a 1. Nos tocó entonces enfrentar en la semifinal al combinado brasilero, al cual derrotamos 3 goles por 1. Así llegamos a la final, en la cual nos enfrentamos a Uruguay, país con mucha tradición futbolística; pero nuestra selección venía embalada y nada podía detenerla, y así ocurrió. Los derrotamos 4 goles a 0 y nos coronamos campeones mundiales de fútbol de salón.