Una historia de fábula en la Fórmula 1 venezolana

     No importa qué tan insuperable parezca cualquier logro conquistado recientemente por un venezolano en los terrenos del automovilismo. Siempre, a poco que hurguemos en la historia, se halla un precedente comparable. Pese a ello se valoran más las historias extranjeras y prestadas, aunque en nuestro país las tenemos iguales o mejores.

     Tomemos el caso del maracayero Pastor Maldonado, quien marca un hito en el deporte venezolano al ser el primer nativo en correr Fórmula 1 en casi treinta años. Y también hizo historia –no solo nacional– cuando en mayo de 2012 se convirtió en uno de apenas setenta y pico hombres que han podido ganar en F1. Parecieran logros sin precedentes, pero…

LA PASIÓN DE LOS INMIGRANTES

     Ettore Chimeri Muro nació en Lodi, Italia, en 1921, pero teniendo dos años de edad sus padres emigraron a Caracas y crean un próspero negocio de confección llamado Milano Moda. Gracias a haberse involucrado muy joven en los negocios familiares, Chimeri (que voló aviones durante la guerra) pudo disfrutar una posición acomodada y aprendió a conservarla a base de trabajo. Ello le permitió acercarse con seriedad a su gran pasión: las carreras.

     Cuando nuestro deporte automotor comenzó oficialmente su historia, albergando esa epopeya que en 1948 fue la carrera Buenos Aires-Caracas, Ettore estaba listo para correr. Sus éxitos, con diversos autos, le hicieron de los corredores más reconocidos junto a Atilio Cagnasso, Alí Rachid, Rezende Dos Santos, Piero Drogo, Julio Pola, Pancho Pepe Cróquer, Sergio González, Lino Fayen, Eduardo Muñoz y otros.

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