Maracay ha tenido varios cementerios desde su fundación a comienzos del siglo XVIII. Primero el que se levantó al lado de la iglesia; luego el de la actual Plaza San Cristóbal; otro de corta duración en la colina de El Calvario; el de Ramirito, que tampoco duró mucho porque las aguas filtraban los ataúdes, y el cementerio La Primavera, construido desde 1915 en terrenos donados por el general Gómez, y al lado del cual se construyó, en 1919, el panteón o mausoleo de la familia Gómez, tema de las próximas páginas.
Alí Gómez Bello, víctima de la gripe española
El 7 de noviembre de 1918 murió a los 26 años de edad, en su casa de habitación en la calle Miranda, cruce con 5 de julio, Maracay, el coronel Augusto Alí Gómez Bello. Había nacido en la hacienda La Mulera, San Antonio del Táchira, el 27 de marzo de 1892, y era considerado el hijo predilecto del general Gómez, fruto de su unión con doña Dionisia Bello. Era un muchacho de buen espíritu, amistoso, muy querido en Maracay y que a veces sirvió de chofer a su padre aun en rutas largas, como la de Maracay a San Juan de los Morros o Güigüe. También durmió en la misma habitación de su progenitor. Ambos se complementaban. Tenía rango de coronel aunque nunca combatió, y al momento de su desaparición era comandante de un batallón militar y vicepresidente del estado Aragua. Fue aficionado a la cacería y a los toros coleados, haciendo pareja con su ayudante el coronel Roseliano Ojeda, padre, a quien conoció en un festejo de toros en San Juan de los Morros.