Venid, venid ¡oh jóvenes amables!
A realzar vuestra física importancia
Pues aquí encontrará vuestra elegancia
Manera de agradar, más de un millón
El joven que aquí venga deslustrado
Por la sombra fatal de barba adusta,
Si a la receta que le doy se ajusta
Fashionable saldrá y elegantón.
Porque tengo navajas que se igualan
A la trepidación del pensamiento,
La vista perspicaz, pulso violento
Y máquina también para peinar
Navajas liberales, superiores
Oligarcas también, ministeriales
Para clérigos, jueces y curiales
Prometiéndome a todos agradar.
Con respecto a jabones y perfumes,
Una vidriera tengo bien surtida
Para dar a los viejos nueva vida,
Y hasta los calvos, bien reportarán
Pues poseo otra máquina excelente
Para cubrir el cráneo despoblado,
Que con sólo llevar encasquetado
El sombrero, la falta cubrirán.
Tengo peines magnéticos finísimos
Para arreglar bigotes y melenas,
También otros de hierro para aquellos
Que están con el marfil en rebelión
Para unos y para otros (voy al grano)
Tengo ya mi arancel confeccionado,
“Por toda barba un real bien acuñado”
“Y dos, por esgrimir el tijerón”.