Nunca más dictadura

     El 23 de enero de 1958 se produce el derrocamiento de la dictadura perezjimenista. Apenas un mes antes, el gobierno había convocado a un plebiscito que ganó por abrumadora mayoría. el triunfo no sirvió para consolidar al régimen ni detener su descenso. las muertes de importantes dirigentes de la oposición, la persecución, las cárceles, la tortura, en fin, el amedrentamiento, tampoco contuvieron lo inevitable. en 1957 ocurre un hecho inesperado para la dictadura: el pronunciamiento de la Iglesia. el arzobispo de Caracas, monseñor Rafael arias Blanco, en una Carta Pastoral del 1º de mayo de ese año, se pronuncia, “porque la Iglesia tiene derecho, un derecho al cual no puede renunciar, a intervenir en la solución del problema social”, y se dirige a los obreros: “tenemos confianza en que vosotros, colaborando estrechamente con las otras clases de la sociedad, y cumpliendo con vuestros deberes, crearéis un mundo mejor, un mundo en que cada ciudadano pueda vivir como persona humana y como hijo de dios”. esta Carta fue considerada casi subversiva por el régimen, y es así como la institución eclesiástica se sumaba al conjunto de la sociedad (estudiantes, trabajadores, dirigentes políticos, fuerzas armadas) para completar un cuadro: la acumulación de oposiciones que convirtieron el derrocamiento de la tiranía en una empresa nacional. Cuando el dictador huyó de Venezuela, el pueblo inundó las calles e hizo sentir su determinación de no admitir “Nunca más dictadura” en el país.

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