Las limitaciones caracterizan las primeras décadas de la fotografía. Por una parte, las primeras imágenes que se lograron reproducir eran únicas y no podían duplicarse o copiarse, ni mu- cho menos aparecer en los medios impresos; por otra, el interés de los practicantes está centrado en la realidad del rostro y el cuerpo humano, y poco o nada más allá de éste. Sin embargo, esta posibilidad de retratar a la humanidad despertó el interés de la etnología, la etnografía, la sociología y la antropología, disciplinas para las cuales pronto sirvió de apoyo documental.
Hubo que esperar a que el desarrollo técnico de la fotografía permitiese su reproducción, partiendo de los métodos propios del grabado y la litografía, para llegar así a la fototipia y al fotograbado, y que fuese igualmente superada la limitante impuesta por la falta de comercialidad, que hacía poco atractivas las tomas en exteriores, para que la fotografía empezara a ser considerada como una herramienta de importancia para el estudio de la Historia.