Los presos construyeron las carreteras

     La carencia de unas adecuadas vías de comunicación y transporte eficiente en los primeros años del siglo XX, era más que evidente. Las rutas que comunicaban a unas y otras regiones en muchos casos dependían de un precario transporte fluvial, lo que hacía las distancias más largas; para llegar a Caracas procedente del Táchira, por ejemplo, se requerían días. En 1910 el Gobierno de JuanVicente Gómez decreta la construcción de una carretera central en cada estado de la República.

     El mismo año del mencionado decreto se inician los trabajos de construcción de varias vías, entre ellas la carretera Central del Táchira, la de Maracay-Ocumare de la Costa y la de Caracas- La Guaira, entre otras. En 1913, cuando se cumplen cinco años del mandato de Gómez, el Gobierno se muestra menos tolerante con la prensa. A partir de entonces, las críticas a las políticas oficiales se pagarán con la cárcel, y tanto periodistas como opositores al régimen son enviados a prisión junto a los presos comunes. El Castillo de Puerto Cabello, y las cárceles de La Rotunda, en Caracas, y de Las Tres Torres, en Barquisimeto, se llenarán de presos políticos. El régimen ideó una forma de emplear a los centenares de encarcelados: los puso a construir carreteras. De esta manera se hacía de una mano de obra gratuita y al mismo tiempo castigaba al recluso que, débil y mal alimentado, se enfrentaba a un nuevo tormento: el trabajo forzoso.

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