Miranda y los Mantuanos

     Mucho antes de que empezara la Independencia, en 1769, ocurrió el primer enfrentamiento. El 16 de abril el Capitán General de Venezuela convocó a un acto en la Plaza Mayor para nombrar a los oficiales de las milicias de blancos de la capital. En la ceremonia designó a Sebastián Miranda, el padre del Precursor, capitán de un batallón. Inmediatamente los mantuanos reaccionaron contra el nombramiento. El marqués del Toro, el conde de Tovar, el marqués de Mijares, los Ponte, los Ibarra, los Bolívar y otros blancos distinguidos de la ciudad se negaron rotundamente a ingresar como oficiales de las milicias de blancos si se aceptaba la incorporación de Sebastián Miranda, un mercader sin blasones ni hidalguía y que, además, estaba casado con una panadera. El pleito fue un escándalo total. Si bien el rey sancionó una Real Cédula en la cual le dio la razón al padre de Miranda, este incidente fue determinante en la biografía de Francisco, que muy poco tiempo después abandonó Venezuela. No regresó sino 35 años más tarde, en 1806, para enfrentarse por segunda vez con los mantuanos de Caracas, en su mayoría descendientes directos de los mismos hombres que habían afrentado a su padre en 1769.

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