El libro secreto del señor Obispo

Doce años, tres meses y veintidós días de su vida le consumió al obispo Mariano Martí el recorrido iniciado en la Catedral de Caracas el 8 de diciembre de 1771. Pero su verdadera proeza será el resultado de tan prolongado periplo: cinco voluminosos libros que, bajo el título de Documentos relativos a la visita pastoral de la Diócesis de Caracas, ofrecen al lector el más minucioso inventario jamás realizado sobre país alguno en el Nuevo Mundo. Un monumento al detalle que no excluye “la mañosería y la truculencia”.

Podemos imaginar lo que será para nosotros, hijos del siglo XX, la vida en un pueblecito del interior de Venezuela en 1777, al que sorprendiéramos un día cualquiera sumido en el bochorno de la vida colonial. Podríamos desear ser más concretos todavía e intentar la identificación de este lugar por un nombre apropiado, y para ello nada mejor que elegir al azar alguno de los varios centenares de pueblos que aparecen, esmeradamente requisados, descritos e inventariados, en la obra descomunal y abrumadora que da ocasión a este artículo, es decir, los Documentos relativos a la visita pastoral de la Diócesis de Caracas, del obispo Mariano Martí. Allí vamos a encontrar toponimias que van desde un arrogante y mítico San Carlos de Austria hasta el conformista Agua de Culebra, pero en uno y otro caso, acabaremos con seguridad entrando a un mismo lugarejomal nutrido, compuesto por una sola calle, donde sestean unos cuantos animales domésticos; casas de bahare que y paja, una plaza desnuda donde aún sobrevive el rollo de la fundación, siempre frecuentado por perros andariegos, y una iglesia o capilla de “… tapia y rafa, cubierta de texa y maguey, de quince varas de largo y ocho de ancho”.

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