Ezequiel Zamora: repliegues y estampidas

     Se relata aquí la azarosa existencia de un modesto tendero de provincia convertido en candidato a “elector” del cantón de Villa de Cura, aspiración que es abortada por una oscura treta de los conservadores. Un hombre que se sobrepone a la persecución, a la cárcel y a la condena a muerte, pero que no escapa a una bala de incierto origen que termina con su vida en la ciudad de San Carlos. Un trágico final para un héroe devenido mártir cuando su mayor aspiración era el sosiego al lado de su mujer.

     Los ascendientes de Ezequiel Zamora, habitantes de la serranía que se levanta hacia San Luis de Cura, habían gozado de honores y privilegios, exceptuando, quizás, a don Alejandro, su padre, afiliado a la Independencia, muerto por ella y causa él mismo, sin duda, de la migración a Cúa, donde nacerá Ezequiel. Razón, tal vez, de la errancia que los aventará hacia Caracas, donde doña Paula y sus hijos ZamoraCorrea:Gabriel, Ezequiel, Genoveva, Raquel, Antonio José y Carlota, se acogen al amparo del ambicioso primo José Manuel García, hasta que optan por marcharse, unos a Charallave, otros a laVilla. En esta población, Ezequiel se refugia en el comercio, y pasa sus días entre conversas en la pulpería, los viajes de ganado, las galleras, bautizos domingueros, la novia campestre, los bailorios, y una comunidad apenas alebrestada por tres o cuatro forajidos que se entretenían en robar o asaltar.

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