Henri Pittier y los ministros de Juan Vicente Gómez

     Que el instrumental científico del Observatorio Cajigal fuera cobija de gallinas o que a un costoso equipo de alta precisión ataran una cabra rumiante, son algunos de los incidentes menores que enfrentó Henri Pittier en Venezuela, porque los mayores fueron con el Gobierno y sus instancias burocráticas. Entre la inteligencia sin poder y el poder sin inteligencia suelen ocurrir cosas terribles, como las que sufrió el reconocido botánico, cuya amorosa vocación por Venezuela lo mantuvo en esta tierra.

     La primera vez que el conocido y destacado botánicoHenri Pittier (1857-1950) fue contratado por el régimen de Juan Vicente Gómez fue en 1913 para asesorar al gobierno en la creación de una institución de estudios superiores en agronomía y zootecnia, pues consideraba el ministro José Gil Fortoul que un país que vivía de la producción agrícola y pecuaria debía formar especialistas
en esos campos.

     Luego de revisar la situación de la agricultura en el país, Pittier presentó su renuncia y le envió al ministro un largo informe en el cual rechazaba categóricamente la creación de una escuela de agricultura para formar técnicos superiores, por considerar que la idea no era adecuada para las condiciones de Venezuela ni era tampoco apropiado el sitio seleccionado por el gobierno para instalarla. Recomendaba, más bien, que fundara estaciones experimentales de agricultura. En el documento Pittier da a entender que su visita a Venezuela se hizo bajo falsas pretensiones, pues se le había asegurado que la escuela no había sido creada cuando en realidad había sido decretada antes de su llegada al país. El informe contiene juicios muy fuertes sobre personas, instituciones y circunstancias del país, a tal punto que un general venezolano le aconsejó a Pittier que era mejor que enviara el documento desde el exterior. Se quedó en Venezuela pero no siguió trabajando para el gobierno.

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