«Si en todos los países y en todos los tiempos (…) se ha comprobado que por encima de cuantos mecanismos institucionales se hallan hoy establecidos, existen siempre, como una necesidad fatal “el gendarme electivo o hereditario de ojo avizor, de mano dura, que por las vías de hecho inspira el temor y por el temor mantiene la paz”…
…es evidente que en casi todas estas naciones de Hispanoamérica, condenadas por causas complejas a una vida turbulenta, el Caudillo ha constituido la única fuerza de conservación social, realizándose aún el fenómeno que los hombres de ciencia señalan en las primeras etapas de integración de las sociedades: los jefes no se eligen sino se imponen. La elección y la herencia, aun en la forma irregular en que comienzan, constituyen un proceso posterior.
Es el carácter típico del estado guerrero, en que la preservación de la vida social contra las agresiones incesantes exige la subordinación obligatoria a un Jefe.
Cualquiera que con espíritu desprevenido lea la historia de Venezuela, encuentra que, aun después de asegurada la independencia, la preservación social no podía de ninguna manera encomendarse a las leyes sino a los caudillos prestigiosos y más temibles, del modo como había sucedido en los campamentos».
-Laureano Vallenilla Lanz. El Gendarme necesario (1919).
¿Crees que el caudillismo es el único sistema político que garantiza la paz y el progreso en naciones como Venezuela? ¿Por qué?
Fotografías sacadas del Archivo de El Desafío de la Historia. Juan Vicente Gómez (izquierda) y Laureano Vallenilla Lanz (derecha).
Vallenilla Lanz escribía éso a inicios del siglo XX, con una Venezuela con 85 % de analfabetos. Durante la Democracia (1958-1999) avanzamos mucho culturalmente, se afirmó el Sistema Republicano Democrático. Se avanzó mucho en educación y cultura. No necesitamos caudillos, ni montoneras. Solo poder ejecutivo, legislativo y judicial, que es muy distinto al caudillismo. Los militares estaban al servicio de la sociedad civil. Con el chavismo retrocedimos en todo sentido a antes de la época de Gómez, a la montonera, al asalto, a la muerte, a la ignorancia, la cárcel y la barbarie, volvimos al ¨caudillo necesario¨. Hay que salir de estos caudillos ladrones y volver a la República!
Daron Acemoglu echó por tierra estas tesis en su obra «Why Nations Fail». Los arreglos institucionales con carácter extractivo y poco pluralistas (como las neo-dictaduras basadas en legitimidades de origen electoral) aún vistos en países como Venezuela, Colombia, Argentina, Rusia, etc., son impulsados por élites socioeconómicas que ven en el Estado una forma expedita y segura de alcanzar niveles de riqueza inusitados gracias a la reducción de derechos y demás garantías jurídicas, reducción que limita la igualdad de los ciudadanos ante la Ley ante la eventualidad de disputas.
Allí surge la tiranía de las élites, las cuales emplean figuras como «estos gendarmes necesarios» (Chávez, Putin, Kirchner, etc.) para garantizarse el control institucional que fortalezca, a su vez, su usufructo y demás ventajas.
Acemoglu y Robinson echan por tierra toda teoría del Gendarme Necesario o Cesarismo Democrático.
Muy de acuerdo con los dos comentarios anteriores.
El Caudillo no es necesario, sin embargo aparecen cada cierto tiempo en diversos países, tanto de primer mundo, como de segundo o tercer mundo, es decir, no es algo que solo nos ocurre a nosotros porque somos especiales. Pueden surgir por diversas razones, por fuertes crisis económicas, crisis políticas, crisis post guerra, ya que aprovechan muy bien las circunstancias para llegar al poder y mantenerse por mucho tiempo, muchos creen que son la solución, de hecho Chavez recibió el apoyo de mucho «intelectual», mucho «demócrata» que hoy en día se lamentan de la situación del país.