Personaje histórico y figura mítica

     Si para muchos el momento de la muerte es el inicio del olvido, para algunos otros puede ser el comienzo de un nuevo recorrido en la memoria de las generaciones que le siguen. Pero hay personajes para quienes ese momento representa la entrada en un mundo imaginario complejo, según los grupos e individuos que se apropian de su vida terrenal, transformándola en relato mítico. Es el caso de José Gregorio Hernández.

     La mañana del 29 de junio de 1919 un hombre atravesaba la calle entre Amadores y Cardones, en Caracas. Algunos de los pasantes lo reconocieron con facilidad. Era el doctor José GregorioHernández, insigne médico y filántropo. Después de haber examinado a uno de sus pacientes iba a la farmacia de la esquina de Amadores para comprar las medicinas que él mismo había prescrito. Ésa era su costumbre: darle a los enfermos de su bolsillo también los fármacos. Hernández atravesaba la calle. ¿Quién sabe en qué iría pensando?O quizás iba rezando. Medicina científica y creencias religiosas convivían en su vivencia. Para él no había sido fácil llegar a un cierto equilibrio entre ambos mundos, y con frecuencia se veía perturbado por cuestiones candentes que otros médicos le proponían, al estilo de Luis Razetti y sus discusiones sobre la evolución darwiniana que negaba la creación del dios cristiano.

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