Descienden del tranvía con vaporosa elegancia

     En las últimas décadas del siglo XIX la ciudad de Maracaibo adquiere cierta relevancia a partir del auge cafetalero. Muchas fueron las casas comerciales que se establecieron en el Zulia con el fin de auspiciar el cultivo y comercialización del producto. Sin embargo, las vías de comunicación, como en el resto del país, estaban en un estado lamentable.

     En 1884 se pone en funcionamiento el tranvía de Maracaibo, novedoso medio de transporte colectivo. Su recorrido se extendía desde el Mercado Principal hasta Los Haticos. Los pobladores de esta ciudad disponían de dos tranvías arreados por mulas. Dos años después, ya se contaba con otro que cubría una ruta que partía desde la Plaza Baralt y culminaba en El Empedrado. Como el pasaje no resultaba muy económico, pocos podían disfrutar de las bondades de este medio moderno de desplazamiento, aunque probablemente, todos niños o adultos, miraran con extrañeza y admiración el paso del tranvía.

     En la imagen unas damas descienden del tranvía. Están elegantemente ataviadas. Sus trajes entallados en el torso resaltan su figura. Los sombreros, que en las dos últimas décadas del XIX se acostumbraba adornar con encajes, cintas o flores, están ligeramente inclinados sobre la frente; este efecto se lograba colocando la peineta debajo de la nuca, de tal manera que obligara al sombrero a mantenerse en esa posición.

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