Finales de infarto

     Durante un torneo de fútbol, o durante un solo partido, lo que buscan muchos aficionados, más allá del triunfo de su equipo, es dejarse llevar por ese entusiasmo inexplicable que las competiciones deportivas producen en las masas: la agonía producida por una situación de peligro en el área, el placer de contemplar un gol hábilmente elaborado, la impotencia ante las virtudes del rival o los errores del arbitraje. En los campeonatos de fútbol distrital que se efectuaron entre 1940 y 1956, hubo tres ocasiones en las cuales éstos se decidieron dramáticamente en la última fecha o en una serie especial adicional. Veamos cuáles fueron estos finales de infarto.

LOYOLA VS. DOS CAMINOS, 1945

     El Loyola, que había obtenido de forma consecutiva los trofeos de 1943 y 1944, se encaminaba hacia el tricampeonato. Tenía una plantilla que hacía pensar que lo ganaría fácilmente. Se habían inscrito en el campeonato ocho equipos: Loyola, Unión, Deportivo Español, Deportivo Vasco, Deportivo Venezuela, Dos Caminos, Litoral y La Salle, que venía de ascender a la división mayor. Desde los primeros juegos, el Loyola se posesionó de la punta, pero al final se vio en apuros, perdiendo algunos juegos, lo que aprovechó el Dos Caminos para lograr el empate a falta de una fecha. El torneo habría de decidirse en una jornada de desempate, la cual tuvo lugar el sábado 19 de agosto.

     Loyola era el favorito de los cronistas especializados, quienes ya festejaban. Pero el día de los hechos, los camineros, con grandes actuaciones de su entrenador Vittorio Godigna, que se alineó en la defensa; del portero Eloy Dubois, que estuvo inmenso bajo los palos, y de Taioli y el pibe Hidalgo, lograron un indiscutible triunfo, 2 x 1, con tantos de Ardila y Ernesto Blanco, lo que impidió que los blanquirrojos obtuvieran el tricampeonato, hazaña que sólo había alcanzado el propio Dos Caminos en las campañas de 1936, 1937 y 1938.

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