Una odisea moderna

     El 11 de enero de 1935 no fue un día común para tres jóvenes boys scouts que desde la Plaza Bolívar de Caracas iniciaron una odisea que los conduciría hasta Washington. Lo que convirtió este hecho en una noticia insólita fue que la travesía sería llevada a cabo a pie. En efecto, ese día Rafael Ángel Petit, Juan Carmona y Jaime Roll, con un único capital de cinco bolívares, emprendieron su larga marcha. En territorio colombiano, uno de los miembros del grupo, Jaime Roll, decide desistir de la aventura y regresa a Venezuela. Petit y Carmona continuaron una penosa marcha que los colocó, en incontables ocasiones, en peligro de muerte.

     En la selva colombiana del Chocó, Rafael Petit permaneció solo y perdido por casi treinta días, bajo unas condiciones climáticas inhumanas, sin agua y sin alimento, obligado a proveerse de lo necesario para no perecer. Mientras, su compañero Carmona fue a dar a un hospital panameño corriendo peligro de perder una pierna por gangrena. Se reencuentran para no separarse hasta completar su reto. Transcurridos dos años y después de muchas vicisitudes llegan a Estados Unidos. Habían completado un recorrido de 800 millas. El 16 de junio de 1937 llegan a Washington y son recibidos por el embajador de Venezuela, Diógenes Escalante.

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