El terrible secreto de Don Isidro

     Los inexplicables matrimonios de don Isidro Ascencio Márquez de Urbina se convirtieron en motivo de escándalo y habladurías en la Mérida de la primera mitad del siglo XVIII. Atormentado, este adinerado merideño optó por autoexiliarse en Santafé de Bogotá, en donde muy cerca estuvo de llevarse su secreto a la tumba.

     Don Ascencio Isidro Márquez de Urbina era hijo de una de las familias más conspicuas de la Mérida colonial. Su estirpe ascendía hasta don Juan Márquez, uno de los expedicionarios que acompañaron al fundador de la ciudad, don Juan Rodríguez Suárez. Don Juan Márquez casó con doña Damiana Noble de Estrada, una de las más activas y destacadas mujeres emeritenses del siglo XVI. La familia Márquez de Estrada había consolidado su fortuna a través de enlaces familiares, entre cuyos bienes patrimoniales se incluía la extensa hacienda de Estanques, que se dilataba desde  el curso del Chama medio hasta su desembocadura en el Escalante, hacía el extremo sur; su lindero se extendía mas allá de Bailadores, y hacia el oeste cubría el piedemonte andino llanero hasta Barinas y Apure.

     La madre de don Ascencio Isidro, doña María Luisa Ramírez de Urbina, ha sido considerada una de las mujeres más ricas de los Andes venezolanos. Había casado con don Felipe Márquez de Osorio y Riojano, y como producto de su enlace matrimonial había logrado ser propietaria de un cuantioso patrimonio, que no sólo incluía aquella inmensa hacienda, sino más de 250 esclavos y 200 arrendatarios. Los Ramírez de Urbina habían tenido doce hijos, pero sólo dos sobrevivieron a sus padres: don Ascencio y don José Felipe, quien se hizo religioso contra su voluntad, acatando las órdenes de su madre.

Un comentario

  1. EDDA O. SAMUDIO A.

    Una lástima que este pequeño artículo no logre una buena explicación sobre el secreto que se hizo público con la muerte del afectado: Ascencio Isidro Márquez de Urbina. El artículo que hace años publiqué en la Revista Actual, trata exclusivamente ese caso.

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